Plage de Balistra

La Playa de Balistra es una playa tranquila y espaciosa ubicada aproximadamente a diez kilómetros del puerto de Bonifacio, en dirección a Porto-Vecchio. Situada dentro de la reserva natural de las Bocas de Bonifacio, la playa forma parte del amplio Golfo de Santamanza y es la más grande y accesible dentro del municipio de Bonifacio. A pesar de su tamaño, la playa generalmente no está concurrida, lo que la convierte en un lugar ideal para un retiro pacífico y salidas familiares.

La playa se caracteriza por su belleza natural, con acantilados blancos al sur y una gran laguna al norte. La arena blanca y fina y el agua turquesa contribuyen a su entorno pintoresco, mientras que la exuberante vegetación y los arbustos de enebro en la cima de las dunas añaden un carácter único. La arena le da al área de baño un color distintivo, que recuerda a las hermosas lagunas del sur de Córcega.

La Playa de Balistra ofrece una variedad de servicios. Durante la temporada de verano, hay socorristas profesionales y una escuela de deportes acuáticos que ofrece alquiler de equipos y clases en actividades como paddle surf, kitesurf y wingsurf. Para aquellos con movilidad reducida, una rampa proporciona acceso al agua. En el lugar, hay un restaurante de madera y una cabaña de playa, aunque se aconseja a los visitantes llevar su propia comida ya que los servicios son limitados.

Llegar a la playa implica navegar por un largo camino de tierra lleno de baches, lo cual puede ser un desafío para los coches bajos. Sin embargo, el viaje generalmente se considera que vale la pena debido a la belleza escénica de la playa. Al final del camino, los visitantes encontrarán un gran estacionamiento gratuito situado junto a la playa.

Como la playa está ubicada dentro de una reserva natural, se pide a los visitantes que respeten el medio ambiente cumpliendo con las normas y asegurándose de que todos los desechos sean retirados al partir. Las condiciones a menudo ventosas de la playa pueden ser un desafío para los nadadores, pero atraen a los windsurfistas que aprovechan los fuertes vientos. Aquellos que buscan refugio del viento pueden hacerlo detrás de los arbustos de enebro, mientras son conscientes del ambiente frágil.