Plage de la Comtesse

Plage de la Comtesse es una pintoresca playa de arena ubicada en la localidad costera de Saint-Quay-Portrieux, en la región de Côtes d'Armor en Bretaña, Francia. Sus características únicas y comodidades familiares la convierten en un destino agradable tanto para locales como para turistas.

La playa cuenta con una característica natural distintiva: una arena que cambia de color alternando entre blanco y negro. Este fenómeno es causado por la presencia de cristales de ilmenita negra, un mineral compuesto de óxido de hierro y titanio. A pesar de su color oscuro, la arena se mantiene limpia y de textura fina, ofreciendo una experiencia placentera para los visitantes.

Una de las principales atracciones de Plage de la Comtesse es su acceso directo a la cercana isla de la Comtesse. Esta característica ofrece a los visitantes la oportunidad de disfrutar de una escapada tranquila o incluso de un paseo de pesca a pie, especialmente durante la marea baja. Además, la playa brinda una vista cautivadora del cercano Puerto de Armor, ofreciendo un sereno telón de fondo de veleros que regresan.

La playa está bordeada por el famoso sendero de senderismo GR34, añadiendo un elemento de aventura para aquellos que disfrutan explorando a pie. Este sendero, junto con las encantadoras barreras blancas y las cabañas de playa, contribuyen al ambiente encantador del lugar.

Plage de la Comtesse está bien equipada para familias, proporcionando una piscina poco profunda para los niños pequeños y una plataforma de buceo para los mayores. La playa está supervisada por socorristas, asegurando un entorno seguro para nadar y otras actividades acuáticas. Además, la playa cuenta con un alto dique al sur, dándole un aire de puerto industrial, y encantadoras pozas de rocas que añaden a su atractivo natural.

Para la comodidad de los visitantes, Plage de la Comtesse ofrece excelentes baños e instalaciones para cambiarse. La importancia histórica de la playa, derivada de su donación en el siglo XIII a los monjes benedictinos por el Conde de Avaugour, y su posterior propiedad por diversas entidades, incluida la familia del perfumista francés Eugène Rimmel, añade una capa de intriga para aquellos interesados en la historia local.