Los Muertos Beach

La Playa de Los Muertos, ubicada en Puerto Vallarta, es un lugar muy querido por los locales, conocido por su ambiente animado y su entorno familiar. La playa es particularmente popular entre la población local, conocida como "Vallartenses". Una característica distintiva del frente de playa es su emblemático muelle, que ofrece una vista encantadora del mar y se convierte en un espectáculo de luces multicolores después del atardecer. El muelle, que fue renovado en 2013, también funciona como punto de embarque para pangas y taxis acuáticos que transportan a los visitantes a otras playas del sur de Puerto Vallarta.

La playa es conocida por su amplio espacio, lo que permite a los visitantes encontrar un lugar cómodo para relajarse y tomar el sol a pesar de la constante presencia de familias locales. Los visitantes de la Playa de Los Muertos pueden disfrutar de una variedad de bocadillos vendidos por vendedores locales, que van desde pescado y camarones a la parrilla hasta ostras frescas y mangos en rodajas. La playa también es frecuentada por músicos tradicionales mexicanos, lo que añade a su ambiente animado.

En cuanto a las comodidades, la Playa de Los Muertos cuenta con varios restaurantes de alta cocina que ofrecen gastronomía internacional. También cuenta con bares informales con un ambiente relajado, así como spas y salones de belleza para los visitantes que buscan un poco de mimo. En las cercanías de la playa se encuentra el Mercado de Agricultores de Olas Altas, que se celebra los sábados por la mañana entre noviembre y abril, donde los visitantes pueden comprar provisiones para su día en la playa.

El extremo sur de la Playa de Los Muertos es reconocido por sus populares clubes de playa, que atienden principalmente a la comunidad LGBTQ+. La playa también alberga la escultura icónica "El Niño sobre el Caballito de Mar" del artista mexicano Rafael Zamarripa, que ha sido un símbolo de Puerto Vallarta desde su instalación en 1968.

A pesar de su popularidad, la playa es conocida por sus aguas tranquilas y mareas bajas, lo que la hace particularmente adecuada para los niños. Es fácilmente accesible caminando por el Malecón y cruzando el puente peatonal sobre el Río Cuale, continuando más allá del Parque Lázaro Cárdenas.